sábado, 27 de febrero de 2016

"Una cruz gloriosa"

Por Carlos Vela


“Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.” (Gálatas 6:14).
Para el apóstol Pablo la cruz es el elemento más glorioso del evangelio, en torno al cual gira toda su vida y ministerio. El lugar donde Pablo se enorgullece no es en sí mismo, sino en aquella cruz, donde su Señor, Jesucristo, se había entregado como un sacrificio perfecto para saldar su deuda con Dios. En aquella cruz, su relación con el mundo termina, muere al pecado, y el pecado en relación a él, y ya solamente le queda un sitio en donde puede jactarse, la cruz que había transformado de principio a fin su existencia.
¿Dónde está tu jactancia, dónde te glorías? La cruz supone el centro de la obra salvadora de Cristo y donde el evangelio brilla con más fuerza, el Dios encarnado, Jesucristo, muriendo en nuestro lugar para salvarnos, el justo muriendo por los injustos. ¡Mira a la cruz y gloríate una y otra vez! ¡Oremos para ver la gloria de la cruz de Jesucristo y poder jactarnos en ella!