viernes, 10 de julio de 2015

"El trabajo del Padre, mi trabajo"


Por Pedro B. Blois    

“… he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” 1 Cor.15.10 b. Una de las cosas que amo del apóstol Pablo, es que él podía creer en determinadas verdades juntas, sin la necesidad de entender plenamente como encajaban (él las aceptaba, porque eran Palabra de Dios). Aquí tenemos un ejemplo. Por un lado, nos dice que, en la vida cristiana, él trabajaba más que nadie. Pablo era un hombre que trabajaba, como si el fruto de la vida cristiana de veras estuviese en sus manos. ¡Le vemos en las Escrituras como un hombre incansable!

Por otro lado, le vemos reconocer que todo su trabajo era el fruto de la sola gracia de Dios sobre su vida; ¡era Dios actuando en él! ¡Cuánto misterio en todo esto! Pablo reconocía que el más leve movimiento de su cuerpo en dirección a la obediencia, era la sola expresión de la gracia divina. Pero, lejos de relajarse en su tarea, eso mismo le llevaba a trabajar más que nadie. Es como si dijese: “porque Dios lo hace, porque es su sola gracia la que lo hace todo, ¡yo lo hare! ¡Me esforzaré más que nadie en la tarea! Sigamos su ejemplo.