viernes, 13 de marzo de 2015

"Puestos los ojos en Cristo"


Por Pedro B.Blois   

Nadie jamás ha logrado curarse de una enfermedad, por el solo hecho de considerarla. Es necesario acudir al doctor, y tomar la medicina. En el ámbito espiritual, la dinámica es la misma. Nadie puede negar que la introspección saludable tenga un lugar importante en la vida cristiana. Abundantes textos bíblicos nos hablan de la necesidad de examinarnos a nosotros mismos. Pero su función es temporal y limitada. La introspección está diseñada para advertirnos de que existe una enfermedad, y para darnos el diagnóstico de ella.

Una vez el hombre reconoce la realidad del pecado, y puede determinar su naturaleza (esto solo ocurre cuando la introspección acontece bajo la luz de las Escrituras y con la ayuda del Espíritu Santo), entonces es hora de acudir al médico, de acudir a Jesucristo. Cristiano, hay en la sangre derramada perdón para cada pecado. Aún en el cristiano, cada expresión de pecado es fea, y lleva en sí la simiente de muerte – pero su sangre es eficaz todos los días, el tiempo entero. Además, hay en sus promesas vigor para vencer el pecado a cada día. En los días en los que arrecia la batalla, miremos a Cristo, y descansemos en sus promesas.