lunes, 17 de febrero de 2014

LIMPIEZA Y PODA


POR PEDRO BLOIS, :



Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto” Juan 15.2b. Esta semana escuché un sermón del pastor John Piper, en el que destaca que es obra del Padre limpiar y podar su viña. Él es el labrador (v.1), quien tiene una doble tarea: En primer lugar, quitar a todos aquellos que, confesándose creyentes, no dan frutos genuinos de conversión. Siempre habrá en medio del pueblo de Dios, aquellos que, ya sea por libertinaje, u orgullo religioso, hacen poco favor a la causa de Cristo. Este texto nos consuela al afirmar que el Padre se encargará de tales personas.
Pero además, se nos enseña que Él viene a podar a aquellos que ya están dando fruto. En otras palabras, Él se encarga de traer el quebranto necesario a la vida de sus hijos, para que el dulce aroma de Cristo sea más y más apreciado en ellos. De esto aprendemos que buena evidencia de una fe verdadera, es vivir el proceso de poda. Cuando no hay poda, no hay fe genuina. Si el Padre nos ama, y somos sus hijos, su dulce y preciosa disciplina estará sobre nosotros.
Dicho esto, hemos de ser sabios para reconocer que hay tiempos de poda, y tiempos de fructificar. No es inteligente buscar manzanas en un manzano que ha sido podado el día anterior. El quebranto quebranta, y hemos de ser pacientes en el dolor. En medio a la poda, sabio es vivir el dolor en paciente quietud, sabiendo que el día llegará, y ¡habrá frutos en abundancia! Iglesia, oro para que cada uno de nosotros aprenda a vivir con gozo, paciencia, y quebranto, la poda del labrador.