sábado, 25 de enero de 2014

La Sal, El Sufrimiento y la Satisfacción



Intente esta interpretación de lo que significa que los cristianos sean la sal.

Yo sugiero que ser salado como cristiano significa, en la raíz, ser tan profundamente satisfecho por Cristo como nuestra recompensa eterna, que estemos liberados del miedo y de la avaricia para realizar los sacrificios de amor, mientras que nos gocemos en la persecución.

Veamos si eso funciona en tres pasajes.

Mateo 5:11-13

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. 13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

El contexto inmediato de “Vosotros sois la sal de la tierra” es “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan… Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos.” Cuando alguien vive así, es tan plenamente ilógico y asombroso y maravilloso, esto sabe bien rico. El sufrimiento gozoso para la honra de Cristo es brillante, espectacular, salado.

Marcos 9:47-50

Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. 50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.

Jesús avanza del tema del infierno al decir: “Todos serán salados con fuego.” Yo lo tomo para significar que todos encontrarán fuegos de dificultad y dolor en la vida, y esta experiencia te puede hacer salado. Te sazona. En otras palabras, experiencias que te ponen cerca de la eternidad, dónde puedes oler las llamas del infierno y las aromas del paraíso, te pueden llenar con una insatisfacción asombrosa con este mundo y una satisfacción profunda en Cristo como tu recompensa eterna.

El versículo 50a dice que la sal es buena, y si la pierdes, tal vez nunca la podrás conseguir otra vez. Luego, el versículo 50b dice, “Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.” Pocas cosas dan mayor paz que la libertad de necesitar la afirmación y la recompensa de este mundo. Tales personas no vuelven mal por mal. Se regocijan cuando son insultados. Son hacedores de paz. Y esa libertad para el amor viene de la sal de la satisfacción en la recompensa de Jesús ahora mismo y en la edad venidera.

Colosenses 4:6

Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.

La pregunta es: ¿Cómo es que ser sazonado con sal nos ayuda a saber cómo debemos responder a cada persona? ¿Cómo es que ser salado nos da más discernimiento? Respuesta: Si estamos profundamente satisfechos con Jesús como nuestra recompensa, nuestras capacidades de discernimiento acerca de lo que es amoroso, serán menos nubladas con distorsiones egoístas. Sabremos más lo que el amor exige, porque estaremos más listos para amar.

Conclusión

Ésta es mi sugerencia: Ser la sal del mundo y la luz del mundo significa que, en su raíz, los cristianos son tan profundamente satisfechos con Cristo como nuestra recompensa eterna, que estemos liberados del miedo y de la avaricia para realizar los sacrificios de amor, y podemos gozarnos en la persecución. Cuando el mundo ve eso, ve la gloria de Cristo y prueba el placer satisfactorio de quién es él.

John Piper (15 dias en la palabra)