lunes, 18 de junio de 2012

Si alguno me sirve, sigame

Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. Juan 12:26


La imitación constituye el servicio más elevado. Si quiero ser un siervo de Cristo, he de seguirle. Hacer lo que hizo Jesús es el medio más seguro de glorificar su nombre. Todos los días debo tener ante los ojos este propósito. Si imito a Jesús, tendré su compañía, y si me parezco a Él, estaré con Él. A su tiempo me llevará consigo a sus moradas, si yo me preocupo de seguirle en la tierra. El Señor llegó a su trono después de haber sufrido; y, después de haber
sufrido durante algún tiempo con Él en esta vida, llegaremos a la gloria.

El resultado de la vida del Señor, dará el fruto de la nuestra; si le acompañamos en la humillación, gozaremos con Él en la gloria. Anímate, alma mía, y pon tu pie en las huellas ensangrentadas de tu Señor. Nunca olvide yo que el Padre honrará a los
que siguen a su Hijo. Si ve que le soy fiel, me dará muestras de su favor y me honrará por amor a su Hijo. Ningún honor puede compararse con éste. Los príncipes y emperadores sólo pueden dar honores fugaces; la sustancia de la verdadera gloria viene del Padre. Por lo tanto, sigue tú, alma mía, al Señor Jesús más de
cerca que nunca.



Libro: Banco de Cheques (Spurgeon)